Retos del empresario
Los retos del Empresario. (Para Micro Empresarios y Autónomos)

Son muchos los problemas y dificultades con los que te encuentras cuando arrancas un negocio y también son muchos los retos a los que te enfrentas, me gustaría hablarte de ello poniéndome yo mismo como ejemplo:
Arranqué como emprendedor en marzo de 1996, con un solo cliente, él era el que me marcaba las condiciones, el precio hora, los horarios, plazos de entrega, etc.
[Tweet “Trabajando con un solo cliente tú no tienes el control de tu empresa.“]
Pasé de cobrar un sueldazo de 300.000 Ptas/mes en aquella época a cobrar 120.000, el mes que más cobraba.
Al principio de abrir un negocio, el Dinero no es lo más importante, lo haces porque te gusta, porque vas a disfrutar, evidentemente, sí que tienes pensamientos de ganar mucho dinero, pero sabes que al principio va a costar.
También tenía que trabajar jornadas de más de 12h diarias y los fines de semana me tocaba hacer facturas y la contabilidad de la empresa, bueno la contabilidad me la hacía la gestoría, pero yo tenía que pasar las facturas a unos libros que ellos me daban.
Trabajar así provocó mis primeros problemas familiares, ¡tenía contenta a mi mujer!, encima teníamos una hija con un año y medio y ella se tenía que hacer cargo de todo, ya que yo estaba trabajando a todas horas. Recuerdo que en vacaciones las mandaba a un camping cercano a casa y yo iba a verlas por las noches, era como una pesadilla.
No tardé mucho tiempo en darme cuenta de que esa no era la vida que yo quería para mí y para mi familia, trabajaba mucho más que antes y cobraba muchísimo menos.
Tenía que hacer algo, pero no me atrevía a contratar a nadie porque algunos meses no tenía ni para cobrar yo, y así seguí una temporada más, pero hasta que no me decidí a contratar un trabajador no empecé a levantar cabeza, ahora el reto era conseguir trabajo para los dos.
Al cabo de un tiempo, si no buscas ayuda, te empiezas a agobiar y lo que tenía que ser lo primordial, (disfrutar, pasártelo bien, …) queda al final, ya no disfrutas, lo principal queda fuera y poco a poco, te acabas quemando.
El problema es que muchísima gente no sabe pedir ayuda, creen que pueden con todo, pero no es así y eso pasa en el trabajo, en la familia y en la vida diaria.
Al poder delegar parte de los trabajos que yo hacía en mi empleado, pude dedicarme a buscar nuevos clientes, no tardé mucho en conseguirlos a base de pedir referencias en mis proveedores.
Durante esos años, al ir siempre corriendo y con prisas, los papeles se acumulaban en mi mesa, facturas, presupuestos, etc. Buscar algo, era perder mucho tiempo, muchos materiales se quedaban sin facturar al traspapelarse las facturas y luego, cuando aparecían y las intentaba cobrar, los clientes me decían que no nos las podían pagar porque ellos ya lo habían facturado a sus clientes con ese coste.
Era evidente de que tenía que cambiar algo, así que pensé en organizarme un poco. Aquí empecé a formarme en gestión del tiempo, trabajo enfocado en metas, etc. y a diseñar documentos y formas de hacer que me facilitaran el trabajo, una de las más importantes fue un sistema de archivar los papeles y unas plantillas para hacer los presupuestos para no olvidarme nada, poco a poco, cada vez contaba con más herramientas para organizarme mejor.
Al cabo de tres años ya éramos cinco en plantilla. Aunque otro de los errores fue que yo siguiera haciendo de Técnico.
El detonante saltó mientras yo estaba en Pamplona en una puesta en marcha de un cliente muy importante cuando me llamaron mis trabajadores diciéndome que no tenían trabajo y que no sabían que hacer, y a mí me quedaba una semana y media más en Pamplona, total, que les tuve, durante ese tiempo, ordenando los catálogos, los papeles y la empresa.
El coste fue tremendo y fue cuando decidí que yo me tenía que dedicar a hacer de comercial y los trabajos de gerencia y los empleados a producir.
Esta decisión fue sin duda la que impulsó a crecer mi negocio, duplicando facturación en sólo dos años con dos empleados más, lo cual nos permitió mudarnos a unas oficinas más grandes y que daban una imagen mucho más profesional de nuestra empresa.
Finalmente, otro de los pasos que impulsaron el crecimiento de mi negocio fue el de contratar un gerente bien formado, para yo poder dedicarme a la atención al cliente y a las ventas.
Con motivo de implementar la ISO 9000 en nuestra empresa, fuimos creando e implantando un Sistema o Método de trabajo que asegurara la calidad.
Esto, al mismo tiempo, provocó que yo fuera menos necesario en mi empresa y me permitía dedicarme a visitar a los clientes. En cada visita, conseguía un nuevo pedido, por pequeño que fuera.
A día de hoy, ese mismo Sistema lo he implantado en otras cuatro empresas y funciona a las mil maravillas, no es un Sistema ideal, pero funciona, alguna de esas empresas lo han modificado y lo han adaptado a su forma particular de hacer, pero sin duda alguna, fue la herramienta necesaria para consolidarlas en sus comienzos.
Según un estudio de la OCDE, en España la tasa de mortalidad de las pymes, en sus primeros cinco años de vida, es del 29%, pero el de las empresas franquiciadas, que cuentan con un Sistema y en las que sus gerentes reciben formaciones de la casa Madre, la tasa de supervivencia es del 87%.
Los números hablan por sí solos de la importancia que tiene implantar un Sistema en tu negocio y formarte para asegurar la supervivencia de tu negocio y de tu calidad de vida.
Si tú te dejas ayudar poco a poco, porque al principio no vas muy bien económicamente, tendrás todas las herramientas y a todas las personas que necesitas, para dejar de hacer la parte de tu negocio que no te gusta y hacer lo que realmente te hace disfrutar, el motivo por el cual montaste tu negocio.
Al principio de montar un negocio, a nadie se le ocurre que te vas a quedar sin vida personal, pero es lo que acaba pasando y entonces por iniciativa propia o por la presión que te mete tu familia (Normalmente me refiero a tu mujer o marido), acabas diciendo:
“A tomar por culo, lo dejo”

y acabes volviendo a trabajar por cuenta ajena.
Pero, ¿Qué es lo que pasa cuando haces eso?, ¿Qué es lo que tú mismo o los demás piensan de ti?
Que eres un fracasado/a, que has fallado, que no vales y eso, eso es muy duro, cuando lo fácil era pedir ayuda, dejarse ayudar por los que saben.
También es posible que no lo dejes y que sigas trabajando como un esclavo toda tu vida, te dedicas sólo a trabajar para que cuando llegues al final de tus días pienses: ¿Pero qué mierda de vida he tenido?
[Tweet “¡Hay mil cosas más para hacer que nos gustan, no todo va a ser trabajar!“]
El trabajo ha de ser lo que te aporte los ingresos para poder vivir con una cierta calidad de vida y que te permita hacer y disfrutar de lo verdaderamente importante y que te gusta hacer más. Cuando estás trabajando, por mucho que te guste, no estás con las personas que quieres.
Trabajar por cuenta propia te da una libertad que muy pocos trabajadores por cuenta ajena se pueden permitir, pero no hay que dejar que tu trabajo se convierta en tu trampa y menos, que te conviertas en un esclavo de tu propio negocio.
Personalmente, yo me perdí la infancia de mis hijos, acabé divorciado y perdiendo todas mis cosas (Mi casa, mis muebles, …) absolutamente todo.
Perdí todo menos mis conocimientos y mi actitud y todas las lecciones que aprendí en el proceso, lo cual me permitió poder iniciar una nueva aventura empresarial y matrimonial en la que me va de maravilla. Creedme, se de lo que hablo.
Siempre se puede volver a empezar, solo es necesaria tu actitud. Esto nos lo deberían de tatuar en la escuela de bien pequeños.
Entonces, ¿Qué es lo que tienes que hacer cuando te encuentras en esta situación?
Lo más inteligente en estos casos es reconocer que aquí fallamos y pedir ayuda, ponerte en manos de alguien que sepa y que tenga experiencia y así poderte dedicar, poco a poco, a lo que te gusta y poner a otros a hacer lo que no te gusta. Ya tienes los recursos, el problema es que nadie te ha enseñado a usarlos.
[Tweet “Sólo hay una forma de curarse de una enfermedad: aceptar que uno está enfermo.“]
Pero esto no quiere decir que sólo les pasemos los marrones de la empresa, pasaremos los trabajos que no dominamos, como por ejemplo la contabilidad a gente que ame la contabilidad. Sólo así podrás delegar.
A todo el mundo le gusta estar con su familia, a todo el mundo le gusta irse a tomar una cerveza con los amigos, (Bueno a los que les guste la cerveza), pero si no pides ayuda, créeme, todo esto se va perdiendo, desaparece y no pedimos ayuda porque nos dan miedo los cambios y la necesidad de cumplir con nuestras obligaciones, pagos, hipoteca, comida, etc.
Hace poco vi un vídeo sobre un estudio que hablaba de la gente que se está muriendo, en sus últimos momentos, y decía que, de lo que más se arrepentían, era de haber trabajado tanto, de no haberse reconciliado con familiares cercanos y de no haberse atrevido más en la vida.
Es un vídeo que te hace pensar y ves, que al final, lo que te llevas, son todas esas pequeñas cosas que te hacen disfrutar, reír, llorar, todas esas cosas a las que ahora no les damos importancia y son las que más nos llenan, pasear por la playa, ver un amanecer o un atardecer con tu pareja, reírte con los tuyos, pero, si solo te centras en el trabajo, aunque, como te he dicho antes, te guste mucho, estarás perdiendo tu vida, la vida son 4 días y estar luchando, sufriendo, con problemas cada día, no es vivir.
Si te organizas bien, puedes trabajar 8h diarias o menos y dejar los fines de semana sagrados para disfrutar con y de los tuyos.
Conozco muchos casos de amigos y conocidos que estaban a tope con el trabajo, a todas horas con el estrés y de repente les da un infarto o cogen un cáncer y se van de la noche a la mañana (Mi sobrino Joaqui, se fue a dormir una noche con 39 años y al día siguiente ya no se despertó, le fulminó un ataque al corazón)
¿Qué tipo de vida han llevado, qué es lo que se han llevado?
Delegando, puedes hacer lo mismo, pero con una diferencia muy importante, lo harás disfrutando de la vida y de tu trabajo y esto también afecta a tus ventas.
Cuando vas a ver a un cliente y estás tranquilo, sin prisas, contento, y disfrutas de tu trabajo, eso se lo transmites a tu cliente y acabas hablando de temas personales, no relacionados con el trabajo, no tienes prisa por irte, haces amistad e intimas con él.
Cuando, por el contrario, vas a ver a un cliente estresado, con prisas, nervioso, histérico, lo que consigues es que tu cliente acabe histérico también.
El dueño de un negocio debería ser el relaciones públicas de la empresa perfecto, para transmitir la pasión por lo que haces, para transmitir confianza, tranquilidad y alegría, ya que lo que haces, lo disfrutas.
Los valores de tus productos o servicios no los puedes transmitir si vas con prisas y con estrés y eso, se refleja en los resultados de tus ventas.
Para mí, llevar una vida plena sería:
- Disfrutando de tu trabajo
- Disfrutando de la vida con tu familia y amigos
- Y, encima, ganando dinero
[Tweet “En la vida nunca hagas algo que no te divierta.“]
Si disfrutas, tus ingresos se disparan, te dedicas a algo que te entusiasma, lo transmites al cliente y a tus trabajadores, amas tu trabajo y tus ventas se triplican.
Lo que transmites es lo que le llega al cliente.
Cuando el trabajo no te gusta, estás deseando tomarte unas vacaciones y, si tienes cierta edad, piensas en jubilarte.
Si te preocupas de formar a tu gente y así conseguir un equipo autónomo que no te necesite, que haga innecesaria tu presencia en el negocio, te podrás marchar de vacaciones tres meses seguidos, tranquilamente si quieres y que tu negocio te siga generando beneficios.
¡¡¡PIÉNSALO!!!
¿A cuántos autónomos conoces que se han jubilado y que con la paga no les da para vivir y que dependen de sus hijos? Después de dejarse la piel durante años cuando se supone que es ahora, que ya no han de trabajar, cuando podrían disfrutar, y ¿Cuántos se mueren a los dos días de jubilarse?
Desde mi punto de vista no has de dejar el disfrute para más adelante, para cuando te jubiles, disfruta del día a día, de todas esas pequeñas cosillas y organízate para que cuando llegue el día de jubilarte tu vida ya esté resuelta.
Tu trabajo debería de ser como un Hobby, que te haga disfrutar, que encima te de pasta y que te permita disfrutar de tu familia y amigos.
Ya sé que estás pensando:
¡Vale Antonio, eso que me explicas está genial, lo quiero para mí y lo quiero ya, pero, seamos realistas:
- Es del todo imposible.
- No es viable.
- mi caso es particular, mi negocio es diferente.
Ni es imposible, ni es inviable, ni tu negocio es diferente, ni todos los etc.’s que se te ocurran.
Yo tengo un Sistema y te puedo explicar en mis formaciones cómo aplicarlo a tu negocio, para ello, primero, necesitas desarrollar una Mentalidad Empresarial y dejar de pensar como un empleado o autoempleado, eso es lo que obtendrás con mis primeras formaciones y después de formarte, si no eres capaz de salir de la inercia de tu día a día, o no encuentras la manera de empezar a modificar tu negocio para que funcione como te he explicado, yo puedo venir a tu empresa, (Tras una evaluación inicial de la misma, totalmente gratuita, lo cual es imprescindible ya que no quiero trabajar con gente que no esté comprometida con el cambio) pues como te he dicho, puedo venir a tu empresa y ayudarte a implementar el sistema en ella.
Tanto las formaciones como el servicio de ayuda In Company están pensados para la micro empresa y autónomos y tienen precios muy asequibles para ella, no son como las caras formaciones empresariales que, además, están pensadas para las grandes y medianas empresas.
Este es un servicio que para poder acceder a él es imprescindible haber realizado un nivel mínimo de formaciones.
Si quieres que te ayude no dudes en ponerte en contacto conmigo.
¡¡¡¡ PIENSA EN ELLO !!!!
Ahora quiero invitarte a la primera de mis formaciones “Mentalidad Empresarial” que tiene una duración de 4h y un coste de tan solo 7€, un precio ridículo, pero que sirve como compromiso para que asistas si te apuntas y para ayudarme a cubrir los gastos del evento.
Antonio J. Herrero
La experiencia de un pequeño empresario al servicio de los pequeños empresarios.
Nuestro negocio … El tuyo
¿Y tú qué opinas?